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Última actualización de la noticia: 02/02/2010
Uno de los fenómenos cada vez más común como consecuencia del envejecimiento de la población es el hecho de tener que hacerse cargo de un familiar o ser querido por su pérdida de autonomía. Existen muchas enfermedades que son invalidantes o con el tiempo lo acaban siendo. Pero, al contrario de lo que normalmente se piensa, no todas las personas que se convierten en dependientes son de la tercera edad. Un accidente de coche, por ejemplo, o un siniestro laboral pueden cambiar radicalmente la vida de la persona que lo sufre, tenga la edad que tenga.
Ante esta nueva situación, los familiares pueden escoger entre dos opciones:
Ingresar a esa persona en un centro especializado donde la atenderán como requiere o dejar que esa persona siga en el hogar y que alguien de su entorno se haga cargo. En este último caso, cuando alguien pasa a convertirse en el cuidador de un enfermo, es necesario tomar conciencia de la responsabilidad que se asume.
Las tareas y atenciones que requiere el paciente deberán seguir unas pautas ya establecidas que los profesionales conocen, pero que la gente normalmente ignora.
El primero de los aspectos a destacar de esta guía de cuidadores es que ayuda a comprender la nueva realidad a la que se enfrentan tanto el paciente como el cuidador. El concepto de dependencia, qué grados existen, qué tipo de personas entran dentro de este grupo o qué valores hay que transmitir son conocimientos básicos a la hora de ejercer el rol de cuidador. Además, también se dedica un espacio en la guía a informar sobre cuál será el papel de ese cuidador, las etapas por las que pasará, cuáles son las tareas que deberá realizar o qué niveles de atención y cuidados deberá proporcionar.
La
Guía
de
cuidadores
de Ediciones Santillana dedica un amplio capítulo a los
aspectos que atañen a la alimentación de la persona
enferma. Se proporciona información sobre los alimentos
y las necesidades calóricas de los pacientes. Se enseña
a realizar un menú y a adaptarlo en caso de que la
enfermedad de esa persona no le permita ingerir
cualquier tipo de comida. Y muy importante es también
el apartado dirigido a informar de cómo se deben
conservar los alimentos y qué tipo de contaminantes
pueden incluir. La higiene y salud alimentaria cobran
especial importancia cuando hablamos del debilitado
estado de una persona dependiente.
La higiene personal es uno de los puntos que más cuesta llevar a cabo ya que muchas dependencias afectan gravemente a la movilidad de la persona. Duchar, lavar el pelo o ayudarla a ir al baño pueden convertirse en tareas realmente dificultosas, a la vez que peligrosas tanto para el cuidador como para el paciente. Esta Guía de cuidadores explica por medio de gráficos y simulaciones en DVD cómo se deben efectuar las maniobras pertinentes para mantener al enfermo aseado cumpliendo las recomendaciones de seguridad para evitar accidentes.
Las enfermedades incapacitantes tienen diversos orígenes, algo que marcará el perfil de paciente ante el cual nos encontramos. Pueden darse enfermedades discapacitantes tales como accidentes cerebrovasculares, parkinson, lesiones medulares, enfermedades osteoarticulares, epoc, etc. Además, hay que tener en cuenta que las personas con dependencia pueden presentar problemáticas añadidas a su patología, como incontinencia urinaria, alteraciones del sueño, hipertensión arterial o diabetes mellitus, entre otras muchas. Por ese motivo, esta guía pone al alcance del lector las técnicas básicas de enfermería a domicilio, para que, en caso de encontrarse ante una situación anormal, se sepa qué primeros pasos se deben dar. Los primeros auxilios son vitales en determinadas ocasiones, y saber de qué manera socorrer al enfermo puede evitar situaciones de mayor gravedad.
Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta y que también queda reflejado en la Guía de cuidadores es el de la atención e integración social de esa persona. Hay que saber desarrollar la comunicación del dependiente, proporcionarle actividades de ocio e incluso efectuar tareas de motivación y animación que le ayuden a no caer en un estado de tristeza.
Evidentemente, cuando decidimos encargarnos del cuidado de una persona con dependencia en el hogar, este debe adaptarse a las necesidades que la condición del paciente establezca. El entorno y los accesos deben cumplir con unos mínimos que permitan a esa persona desenvolverse sin encontrarse con ningún tipo de barrera.
La Guía de cuidadores también ofrece información útil sobre todo el tema administrativo y burocrático que se asocia a los casos de dependencia. Es preciso conocer qué ayudas se pueden solicitar al Estado, así como tener en regla toda la documentación que se refiere a la persona cuidada. Esta información es imprescindible.
Por último, la Guía de cuidadores que edita Santillana hace especial hincapié en el cuidado del propio cuidador. Este se convierte en el personaje de más relevancia en una situación de dependencia, y el cuidado de su salud repercutirá directamente sobre el estado de la persona enferma. Por eso es necesario conocer de primera mano cuáles son los riesgos que se corren al desempeñar esa función, y ser conscientes de que en muchas ocasiones el agotamiento y el estrés pueden pasar factura. Si se presta atención a las emociones del cuidador y se siguen las técnicas de autocuidado, tal y como explica esta guía, los resultados al manejar una situación de dependencia serán mejores y más seguros.
Video Salud:Guía para Desvestirse sin colaboración del usuario, y vestirse sin colaboración del Usuario. :
Video Salud:Guía Para Transferencia desde la silla de Ruedas a la Cama. :
Video Salud:Guía para voltear sin colaboración del usuario.:
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