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Hepatitis y Embarazo
Última actualización de la noticia: 08/08/2010
Hepatitis y Embarazo
La hepatitis es una enfermedad que nace a raíz de un
virus y que se transmite basicamente por vía sexual o
de madre a hijo en el momento del parto. Conocer
nuestro estado de salud y saber si somos portadores
de dicho virus es uno de los pilares en cuanto a la
prevención de contagios se refiere, más aún cuando la
mujer infectada decide quedarse embarazada. El doctor
Gregorio Castellano, jefe del servicio de aparato
digestivo del Hospital Doce de Octubre de Madrid,
explica como llevar adelante un embarazo en caso de
que la madre esté contagiada por el virus de la
hepatitis.
Hepatitis y Embarazo
 Una mujer diagnosticada de hepatitis puede
quedarse embarazada con normalidad. En caso de que
sufra una hepatitis crónica por el virus B o C no
existirá ningún tipo de limitación ya que el embarazo
no influirá de forma negativa en su enfermedad y
viceversa. Si la paciente sigue un tratamiento
antiviral deberá ajustarse el fármaco y optar por uno
que resulte menos dañino para el bebé. En el caso de la
hepatitis C el tratamiento deberá abandonarse durante
la gestación, aunque como es por un tiempo máximo de 9
meses el abandono terapéutico no comportará muchos
perjuicios a la paciente.
Pruebas de la Hepatitis en el Embarazo
 Toda mujer que se queda en estado debe
hacerse una prueba de la hepatitis B, ya que es una
recomendación que se incluye en todas las guías de la
práctica clínica de los ginecólogos. Como ya es algo
totalmente instaurado las mujeres no desconocen la
existencia de dicho análisis. El objetivo fundamental
de conocer si una mujer embarazada está infectada por
el virus de la hepatitis es evitar que el niño también
adquiera el virus.
Hepatitis B, la Más Contagiosa
El tipo de hepatitis más contagiosa es la que
corresponde al virus B. La tasa de contagios en el
momento de dar a luz alcanza la cifra del 90%, a pesar
de que la mujer tan solo sea portadora y no haya
llegado a desarrollar la enfermedad. En el caso de la
hepatitis C, se transmite al niño en un 5% de los
casos, una cifra muy baja en comparación con la
hepatitis B. Esto ocurre fundamentalmente en los casos
en que la mujer tiene mucha presencia del virus en
sangre o bien cuando está coinfectada por el VIH. Por
lo que respecta a la hepatitis A, es un tipo de
enfermedad aguda de la cual los pacientes se curan, por
lo que cuesta mucho que se llegue a producir un
contagio al feto.
Momentos Clave del Embarazo
La analítica establecida para detectar la
presencia de la hepatitis se realiza a los 3 meses de
embarazo. En esa etapa puede decidirse si la mujer debe
comenzar un tratamiento en caso de que acabe de
descubrir que es portadora, o si sigue o abandona el
abordaje terapéutico ya instaurado si ya tuviera la
enfermedad detectada. En el caso de las mujeres que
tienen mucho virus en sangre se recomienda tratar hasta
en el último trimestre como medida de seguridad extra
en la prevención del contagio. Sabiendo que la madre es
portadora de ese virus, ya se programan unas acciones
concretas en el momento del parto. Por ejemplo el bebé
no deberá esperar hasta 2 días para ser vacunado de la
hepatitis sino que habrá que hacerlo en las 12 primeras
horas.
1 Ficheros de sonido (09:22 mins):
Reproducir entrevista con el
doctor Gregorio Castellano, jefe del servicio de
aparato digestivo del Hospital Doce de Octubre de
Madrid. (9:22 minutos)
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