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Última actualización de la noticia: 25/08/2008
Anorexia, palabra procedente del griego (pérdida de peso), la anorexia ha pasado a engrosar las listas de enfermedades tras un fugaz paso por el mundo de la moda. La anorexia es un trastorno corporal derivado de un desarreglo en la conducta alimenticia, que lleva a los enfermos a ingerir los mínimos alimentos posibles con tal de tener un peso corporal no acorde con su edad, estatura y morfología. A día de hoy, la anorexia a Organización Mundial de la Salud sigue sin catalogar a la anorexia como enfermedad en sí, sino que la engloba en el apartado de trastornos mentales y de comportamiento. Qué es la anorexia? Síntomas, causas y tratamientos en el siguiente especial.
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¿Qué es la anorexia?, pues simple y
llanamente un trastorno corporal derivado de un
desarreglo en la conducta
alimenticia, que lleva a los enfermos a
ingerir los mínimos alimentos posibles con tal de tener
un peso corporal no acorde con su edad, estatura y
morfología.
Pese a ser una enfermedad moderna existen casos
documentados de su existencia en tiempos pasados, si
bien por entonces no existían los medios para
describirla ni diagnosticarla, y puede que se tratara
simplemente de un trastorno sociológico derivado de la
necesidad de llevar la contraria a los cánones de la
época, en los que la virtud era tener sobrepeso como
símbolo de salud y riqueza.
Es desde la década de los 60 cuando tímidamente arranca
esta enfermedad en la edad moderna, y desde entonces su
progresión ha sido alarmante, con especial énfasis en
los últimos 15 años.
Se trata de un trastorno que afecta especialmente a las
mujeres, muy directamente a las adolescentes, y que se
da sobretodo en sociedades altamente industrializadas.
No es tan fácil encontrar culpables a los que asignar
esta enfermedad, si bien queda claro que hay factores
sociales que ayudan a entender los motivos por los que
una persona cae en la anorexia.
En una sociedad altamente desarrollada y competitiva,
las nuevas generaciones buscan espejos donde
reflejarse, espejos todos ellos que representan el
triunfo, el poder, la riqueza, la presencia y la
belleza. Es por ello, que los adolescentes se fijan en
los cantantes, deportistas o modelos de turno, y en
mayor o menor medida quieren verse como ellos.
Es algo sociológico, ya que el bombardeo mediático de
prensa, revistas, televisión e internet, nos lleva a
ver que la imagen del éxito esta asociada a estas
bellezas que circulan en portadas de todo el mundo,
y…cuando este mismo mundo no ha preparado una
respuesta adecuada y gratificante para los que no se
sienten así, sino que encima presenta infinidad de
noticias en los que se vincula la facilidad para
encontrar trabajo con la guapura de uno, que los
ingresos de los altos son superiores a los de los
bajos, y que la capacidad de generar emociones en los
demás es proporcional a lo "bueno" o no que estés,
pues…es fácil, conseguir un buen número de
infelices.
Ahora bien, ¿hay algo más, no?; pues sí, ya antes de
entrar en otras causas más específicas, recordad que la
adolescencia es un período de comparativas y que a esa
edad muchas veces no se tiene el tacto para no herir
con la palabras, por lo que mucha veces la causa de
estas anorexias viene por parte de la burla de
compañeros, de la comparativa con otras chicas de su
edad, por el rechazo de un chico, o incluso por la
conjunción de varios factores a la vez. Reforzar la
autoestima en los adolescentes debe ser tan importante
en su educación como las mates, la informática o el
inglés.
Numerosos estudios avanzan en la dirección de una suma
de factores desencadenantes sin un denominador común, y
por tanto no hay validez ni uniformidad en las causas
que derivan en anorexia, ya que son causas presentes en
innumerables familias a los que no les afecta.
En general, aparte de una posible predisposición
física, hay factores personales que pueden desencadenar
una serie de sensaciones que faciliten el tránsito
hacia una anorexia: Un problema de
obesidad propio o de un familiar cercano, la muerte de
un ser querido, el fracaso escolar, algún tipo de
accidente con secuelas, la separación de los padres, el
abandono del hogar, alguna experiencia traumática,
agresividad en el hogar, una sobreprotección enfermiza,
miedo a no cumplir unas expectativas impuestas por los
padres, etc….
Quizás más que en ninguna otra enfermedad, los síntomas
que llevan a sospechar la evidencia de un trastorno
alimenticio y por ende anorexia, son muy claros y
fáciles de detectar.
Una persona que estando en su peso empieza a hacer
dieta, a eliminar ciertos alimentos, a practicar un
exceso de deporte y que empieza a sentir una atracción
fatal con la báscula, no es más que el primer síntoma
de una búsqueda sin sentido de un menor peso corporal,
y por tanto, el síntoma más evidente de que hay una
disfunción entre la realidad y el mundo soñado.
La distorsión de su imagen, que lejos de verse
reflejada correctamente pese a la pérdida de peso,
refleja una imagen de sobrepeso, y por tanto, de
pánico a la obesidad. Si a ello añadimos otros
trastornos secundarios como la falta del ciclo
menstrual o una irregularidad tremenda del mismo,
tendremos evidencias de que la anorexia se ha hecho
dueña de esa persona, y podrá ser diagnosticada tanto
por su entorno familiar como en cualquier centro
médico.
Otros síntomas menores pueden ser las variaciones
térmicas del paciente, ya que a menor peso, menos
calorías tiene el cuerpo para enfrentarse a los rigores
climáticos, y es normal que sus sensaciones,
especialmente respecto al frío sean constantes.
En algunos casos se ha dado tendencia a la
hiperactividad, si bien no detectada como
enfermedad sino como estímulo provocado por el enfermo
para evitar la inactividad y por tanto la posibilidad
de que su organismo no queme las pocas calorías
ingeridas.
Es frecuente que los afectados presenten irritabilidad,
alteraciones en la conducta del sueño y frecuentemente
van ligados a algún tipo de depresión u otros
trastornos emocionales.
De forma ocasional también pueden aparecer otros
síntomas no específicos y consecuencia de problemas
añadidos a esta mal nutrición, como pude ser el
estreñimiento, palidez extrema de su
pigmentación, e incluso la pérdida de las
uñas o el cabello.
Lo primero decir que a fecha de hoy, la Organización Mundial de la
Salud sigue sin catalogar a la anorexia como
enfermedad en sí, sino que la engloba en el apartado de
trastornos mentales y de comportamiento.
Respecto al diagnóstico a realizar, en este caso el
propio paciente es ajeno a esta enfermedad pero no sus
seres cercanos, familia, escuela u amigos, por lo que
serán estos los que normalmente enciendan la luz de
alarma.
Dado que los síntomas son muy claros, se le remitirá el
paciente tanto a los servicios psiquiátricos como al
endocrino, que son los que elaborarán el informe
para determinar el grado de afectación y poner al
paciente en tratamiento.
El endocrino fijará una serie de pruebas médicas para
ratificar el diagnóstico y eliminar la posibilidad de
que haya otras enfermedades con sintomatología pareja,
ya sean digestivas, metabólicas o nerviosas. Así
incluirá desde una analítica de sangre, otra de
orina, pruebas de control sobre las funciones de la
tiroides, eliminación de la posibilidad de que la
persona sea celiaca, que no tenga la enfermedad
de addison, etc….
Por su parte el gabinete de psicólogos y psiquiatras
realizará una serie de valoraciones para intentar
conocer los motivos por los que el paciente ha llegado
a la anorexia, y en cualquier caso a darle sentido a un
trastorno en la conducta alimenticia, y cuyo origen no
es físico sino que deriva de algún bloqueo mental
auto-impulsado.
Con todas las pruebas médicas hechas y comprobado el
diagnóstico, se formará un equipo de seguimiento del
paciente que incluirá tanto a los profesionales médicos
descritos como a la familia del afectado, con tal de
evaluar la posterior trayectoria o recuperación del
paciente.
Reconocido el paciente por los especialistas
correspondientes, la primera medida a tomar será
intentar reintroducir ciertos alimentos en la dieta, si
bien a sabiendas que el enfermo pueda rechazarlos al no
reconocer este problema. Para ello, los médicos son los
que en función de la gravedad del caso optarán por un
tratamiento hospitalario o no, y por tanto con la ayuda
de los familiares directos, establecerán una serie de
mecanismos en la conducta alimenticia con tal de
frenar la pérdida de peso y el deterioro de otros
órganos corporales.
En los tratamientos no hospitalarios, el seguimiento
recaerá en la familia, si bien se hará un control
médico semanal para evaluar la mejora, y valorar
psíquicamente al paciente para desestimar que no sufra
otros trastornos durante este proceso.
El riesgo de que la persona afectada por anorexia sea
tratada en su domicilio, reside en que si ésta no
acepta que está enferma, pues sigue viéndose obesa ante
el espejo, la ingesta de alimentos, pese a estar
supervisada por sus parientes, pueda derivar en la
prima hermana de la anorexia, y que es la famosa
bulimia, con lo que tendríamos un caso en que la
paciente anoréxica no reconoce su enfermedad pese a lo
que diga su entorno, y por tanto, para convencer a los
que la rodean, sí participa de las comidas familiares,
y si come, pero ante cualquier descuido de su
vigilancia, al cabo de pocos minutos se induce al
vómito para eliminar los alimentos ingeridos, con lo
que el problema no sólo no se resolverá, sino que le
puede reportar otras molestias derivadas de la
insistencia en provocar el vómito. Si su patrón de
comportamiento es ese, el médico determinará que debe
tratarse de bulimia y por tanto se evaluará de nuevo al
paciente junto al gabinete psiquiátrico con el fin de
valorar su posible ingreso hospitalario.
Sin farmacología para recetar al paciente por parte del
endocrino, y teniendo en cuenta que la progresiva
introducción de alimentos de nuevo en la dieta de los
pacientes puede ser un proceso bastante largo, puede
decirse que mayoritariamente y para evitar las dudas,
recaídas, trastornos vinculantes y demás, sí que se le
administrarán medicamentos por parte del psiquiatra,
especialmente antidepresivos.
Para el tratamiento hospitalario, sólo se accede cuando
el episodio de anorexia comporta una malnutrición
evidente, con alteraciones psíquicas graves y cuando se
observa el deterioro de otros signos vitales, lo que
puede desembocar si no es tratada en la
muerte.
Ocasionalmente, los médicos también determinarán el
ingreso hospitalario cuando el desorden alimenticio
lleve una progresión peligrosa y vean discrepancias o
malas conductas en lo progenitores o familiares de la
persona afectada, por lo que es mejor aislarla del
entorno.
En estos casos lo primero será administrarle sueros
intravenosos para frenar el deterioro de su masa
corporal, continuas visitas del psicoterapeuta, y con
el avance de los días, introducir los primeros
alimentos sólidos. Normalmente se le administrarán
antidepresivos para restablecer su percepción ante el
mundo, para ganar autoestima, y con el fin de que su
salida del hospital no comporte un retorno a la
enfermedad.
Señalar también que el seguimiento por parte de su
entorno evitará la posibilidad de una recaída, cosa
bastante frecuente en esta enfermedad, y sobre todo al
afectar a la población adolescente.
Opinión, por Eduardo Pallarés
Ser o estar anoréxico no es una forma verbal, ni un
modo de hablar. Verter palabras y señalar con el dedo
se ha convertido en un pasatiempo de orden mundial, y
es ahí donde los aludidos o los señalados deben ser
ciegos pese a ver, ser sordos pese a escuchar, y
hacerse los locos pese a estar muy cuerdos. Hoy en día
la anorexia es una lucha entre el afectado u afectada,
una sociedad aburrida y una familia desesperada. Los
jóvenes de hoy, muy preparados, con cursos de cualquier
disciplina, post grados, sabedores de idiomas,
habituados a la tecnología, y que navegan por la red,
son un prodigio de vulnerabilidad, ya que el
acceso a tanta información, la presión sobre su nivel
de estudios, y un mercado laboral esquivo, hacen que
una gran parte de ellos coquetee con la depresión y los
ansiolíticos cuando deberían estar disfrutando de la
vida.
No sé a quien compete la revisión de los valores
a transmitir a los jóvenes, ni sé que organismo debe
velar por su seguimiento, pero lo cierto es que la
anorexia ya es un problema mundial, de la sociedad
golosa, de la sociedad de consumo, del primer mundo en
definitiva, y por tanto…este mismo mundo debe
encontrar la medicina para que tantos adolescentes no
sean víctimas de una trampa creada entre la publicidad,
la moda, el dinero y el deseo de reconocimiento o
fama.
Estar gordo no es de recibo en una sociedad bien
informada y con tantos niños que pasan hambre, y lo
mismo al contrario, estar anoréxico no es un estado
óptimo para las personas que viven en un mundo
desarrollado y con acceso a los alimentos y a la
medicina.
es.wikipedia.org/wiki/Anorexia
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