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Última actualización de la noticia: 13/03/2009
La hipertensión arterial constituye un problema de salud pública a escala mundial y por ejemplo en España su prevalencia en adultos mayores de 18 años es de aproximadamente un 35 %, llegando al 40% en edades medias y al 68% en los mayores de 60 años y la padecen unos 10 millones de personas adultas. La relación de presión arterial y riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular es continua, consistente e independiente de otros factores de riesgo. Cuanta más alta es la presión arterial, mayor es la posibilidad de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, ictus y enfermedad renal.
Aunque las medidas farmacológicas no deben olvidarse
nunca, por que los niveles de hipertensión sean
excesivamente altos, o porque, pese a que no
tenga la presión severamente alta, coexisten otros
problemas médicos como diabetes o
antecedentes de infarto de miocardio que hace que esa
persona sea de muy alto riesgo, todo es complementario
de una dieta y la práctica regular del ejercicio.
Aunque hay unos niveles estándard para medir la tensión
arterial, ello no indica que haya grupos de pacientes
como los diabéticos que precisarán que esta sea
regularmente inferior, con un tratamiento lo más rápido
posible y con un seguimiento más riguroso.
Hay en el mercado suficientes fármacos para reducir la
presión arterial, todos con eficacia similar y algunos
grupos farmacológicos aportan además otras protecciones
adicionales, como la protección renal o la mejora de
los parámetros metabólicos.
Una de las cosas de las que hay evidencia es que con la
combinación de estos fármacos se consiguen mejoras en
los niveles de tensión arterial y que regulan otras
partes del organismo.
Respecto a la persistencia en la toma de medicamentos,
dado que hay dificultad para que los pacientes sigan el
programa establecido para su toma, sí es cierto que con
la combinación de medicamentos, que actúan en varios
campos a la vez, al haber menos pastillas para tomar,
se mejora el seguimiento del tratamiento, y ello
significa que no sólo tendrá controlada su tensión,
sino que tratará a la vez la diabetes,
colesterol u otros.
La fisiología nos indica que hay ciclos en la medición
de la tensión arterial, siendo lo habitual que durante
la noche, durante el descanso fisiológico, esta baje y
por el contrario en las primeras horas de la mañana, al
activarse el sistema fisiológico la tensión sea más
elevada. Se ha comprobado que en aquellos pacientes que
durante la noche no se reduce su tensión arterial, es
probable que existan otras patologías asociadas como
riesgo cardiovascular. El hecho de que hoy se haya
generalizado el uso del tensiómetro a nivel
domiciliario, permite hacer un mejor seguimiento de la
hipertensión, si bien debe tenerse en cuenta que por
los propios ciclos de la tensión, hay dos momentos del
día en que debe ser obligado tomarse la tensión, a
primera hora recién levantados, que es cuando hay más
probabilidades de que se produzcan problemas
cardiovasculares,
ictus u otras patologías y otro momento de pico
elevado es justo antes de la cena.
Hay dos estrategias que marcan el futuro de esta
enfermedad, por un lado los de nuevas combinaciones de
grupos de medicamentos como los calcios antagonistas, y
los receptores de angiotesina. Luego las nuevas
moléculas como las inhibidoras de la renina, y cosas de
futuro, que podrá ser realidad o no, y que es la
posibilidad de tener una vacuna para el
hipertenso.
Existen muchos grupos de medicamentos para tratar la
hipertensión, pero cada paciente es diferente, y las
causas de esa hipertensión puede ser diferente en cada
caso, y por tanto, el haber tantos fármacos hace que se
pueda hacer una estrategia adecuada a cada paciente. Se
trata de una enfermedad compleja y que va o no
acompañada de otras patologías, por lo que ello provoca
el uso de combinaciones farmacológicas.
El calcio es fundamental para determinar el grosor de
los vasos sanguíneos, ya que el
calcio antagonista lo que produce es mejorar, abrir
el vaso sanguíneo y así permitir que la circulación de
la sangre sea más fluida para evitar accidentes
cardiovasculares y rebajar la tensión arterial.
Los mecanismos por lo que actúan los fármacos son
diferentes, pero ellos pueden tener asociaciones entre
ellos, siendo efectivos en algún caso pero no siempre
ya que hay pacientes que deben tomar medicamentos
aislados ya que las combinaciones de familias distintas
no le producen mejora. Igualmente las dosis de los
medicamentos son diferentes en función del paciente e
incluso de la raza, pero cuando se necesita un esfuerzo
para reducir esa tensión descontrolada, es cuando es
más necesario el uso de la combinación de
fármacos.
Fuera de los medicamentos o fármacos, los pacientes
deben tener en cuenta que un patrón de vida saludable
es el mejor complemento para la medicación, ya que con
una dieta equilibrada, el abandono del tabaco, la
práctica regular de ejercicio y un ritmo de vida
adecuado, sus valores serán mejores, reduciendo los
factores de riesgo asociados a la hipertensión. Luego
hay aquellos consejos ya tópicos, como reducir el
consumo de sal, tomar alcohol sólo conÂ
moderación, y respecto a tener sexo o no, se ha
demostrado que pacientes que practican sexo con
regularidad tienen mejor controlada su presión que los
que tienen alguna disfunción sexual.
Luego hay pacientes que tomándose la medicación,
siguiendo dieta y teniendo unos hábitos de vida
idóneos, puede darse que haya lo que se llama
hipertensión refractaria, y por tanto habrá que sumar
fármacos o combinar varios para reducir esa tensión que
por los parámetros normales no se ha conseguido.
El mensaje que debe desprenderse de la hipertensión, es
que detrás pueden coexistir otros problemas graves de
salud, ya renales, ya cardiovasculares, ictus, y ello
hace que controlar la tensión deba ser una prioridad
entre las personas. Posiblemente la mayoría de la
población conoce sus niveles de tensión
arterial, bien por las mutuas laborales, por su
farmacéutico o el médico de cabecera, cosa que no
ocurre con la diabetes por ejemplo, y que son la peor
pareja de baile posible.
Aunque hoy se establecen unos valores de tensión
adecuados a 140/90, eso no quiere decir que en próximos
años esas cifras puedan bajar, ya que la sociedad
científica tras varias investigaciones puedaÂ
editar nuevas normativas para fijar los límites.
1 Ficheros de sonido (25:46 mins):
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