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Última actualización de la noticia: 25/04/2008
No pasa nada por tener diabetes, si se asume que se tiene esta enfermedad. Controlando los factores de riesgos y cumpliendo una serie de recomendaciones, puede ser suficiente. Si es así, una persona con diabetes puede vivir más años incluso que uno que no es diabético. Así de claro.
Hay dos grandes tipos de diabetes;
la
diabetes tipo I que se da en edades más juveniles y
ésta está asociada, invariablemente, con el uso de
insulina. Pero en el 90 % de los casos es la
diabetes de tipo II que aparece en edades más
avanzadas, en personas con un poco de
sobrepeso o obesidad, y en estos casos la mayoría
de las veces la insulina no es necesaria; en fases
finales se utiliza para tener un mejor control pero en
fases iniciales, la mayoría de los diabéticos tipo II
no utilizan insulina.
Una de las complicaciones que tiene la enfermedad
diabéticas es la afectación de las arterias, se afecta
de una forma más precoz que el paciente que no es
diabético y por lo tanto, ha de controlarlo. Eso ocurre
en las grandes arterias que son las que se encargan de
irrigar el corazón o el cerebro, como las pequeñas
arterias como las de la retina y las del riñón.
El riñón es uno de los órganos diana en el que la
diabetes puede manifestar y presentar sus
complicaciones. La gran ventaja es que el riñón es un
órgano que no depende sólo del azúcar sino que hay
varios factores de riesgo que influyen en un buen
funcionamiento del riñón; el más importante de todos
son las cifras de presión arterial. Hay que controlar
estos factores de riesgo, presión arterial, glucemia;en
los análisis periódicos a los que se someten las
personas que presentan estas patologías lo que se
estudia , como signo muy precoz de una afectación del
riñón, es la eliminación por la orina de unas
determinadas proteínas que en condiciones normales
deberían estar en cantidades muy bajas, y que cuando
empieza a afectarse el riñón, se eliminan estas
proteínas.
Normalmente la diabetes para afectar al riñón precisa
de unos 10 años de evolución; es decir, cuando se
diagnostica una diabetes porque el riñón está afectado
quiere decir que durante 10 años no se ha sabido
diagnosticar la diabetes.
En la mayoría del mundo, existen muchos diabéticos por
diagnosticar (un 50% de las diabetes). Países que
económicamente son más potentes, esta cifra esté
alrededor de un 40 % y en los países con economías más
pobres puede estar en un 60 -70 %.
Con un simple análisis de sangre y comprobando la
glucemia, se puede diagnosticar la enfermedad. Cuando
en atención primaria ven a una persona con sobrepeso,
que tiene antecedentes familiares de diabetes o que
presenta alguna de las otras patologías que se asocian
con la diabetes como hipertensión o colesterola alto,
es obligado realizar, por lo menos, un pinchazo en la
misma consulta y posteriormente, una analítica
para confirmar los resultados. Cuando se tienen datos
poblaciones importantes,hay un pequeño porcentaje que
acude a su médico muchas veces y hay un gran volumen
que no va al médico prácticamente nunca. Ese
desequilibrio es de las cosas que más favorecen la
posibilidad que haya tanta diabetes ignorada y
desconocida.
La diabetes tipo II que es la más frecuente, en fases
iniciales, precisa visitas mensuales hasta que se
consiguen alcanzar las cifras de control .Primero hay
que hacer una valoración general del diabético para
saber cómo está, qué complicaciones tiene o qué
factores de riesgo tiene para presentar estas
complicaciones. Una vez realizado este control, si se
consigue alcanzar unas buenas cifras, las visitas
pueden espaciarse entre 3 y 6 meses, dependiendo de la
edad y de las características de la diabetes.
Cuando hay una afectación de riñón hay muchas
probabilidades de que exista una afectación de corazón,
infarto, embolia, un accidente cerebrovascular; cuando
una arteria está afectada, probablemente lo estén todas
las del organismo.
La diabetes no tiene sintomatología, lo que da síntomas
son las complicaciones de la enfermedad.
Cuando se tiene mucha sed implica tener una glucemia de
300 o 400, muy elevada; lo normal es descubrir una
diabetes con glucemia a partir de 125 o máximo 140. Es
un síntoma muy tardío, lo que quiere decir que la
diabetes lleva mucho tiempo de evolución.
Los aparatos en sangre no se correlacionan con lo que
sería el azúcar en un análisis que se saca de la vena,
en ayunas el tope que se puede considerar como normal
sería alrededor de 100 y entre 100 y 120 es una zona de
alarma que puede significar una cierta predisposición a
desarrollar una diabetes. Después de haber comido el
limita estaría en 140.
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El Doctor José Franch Nadal, médico de familia nos contesta a las siguientes preguntas, que podrán encontrar en forma de audio al finalizar estas líneas.
1 Ficheros de sonido (09:59 mins):
Reproducir Doctor José Franch Nadal, médico de familia (9:59 minutos)
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